Se estima que el acuerdo podría incrementar el comercio intraafricano en más de un 50 % para 2022.
El Acuerdo de Libre Comercio Continental Africano (Afcfta) ya comenzó su funcionamiento con el objetivo de crear el mayor mercado único de productos y servicios del mundo.
El Afcfta aspira a establecer la mayor área sin impedimentos para su gestión del mundo desde la fundación de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en 1995, con un mercado de más de mil 200 millones de personas -que se prevé crecerán hasta dos mil 500 millones para 2050- y un Producto Interno Bruto conjunto de unos US$ 3,4 mil millones.
De los 55 Estados miembros de la Unión Africana, 54 (sin Eritrea) firmaron el acuerdo que entró en vigor el 30 de mayo de 2019, 34 países lo ratificaron y 41 de ellos presentaron sus ofertas arancelarias, incluyendo la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao) y Comunidad del Este de África (EAC).
En palabras del gobernante de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, actual presidente de la Unión Africana (UA): “La Zona de Libre Comercio Continental Africana cambiará fundamentalmente la suerte económica de nuestro continente”, y llamó a los empresarios de su país a aprovechar las oportunidades que tendrán para explorar nuevos mercados y crear nuevas asociaciones.
Acorde a estimaciones de la Comisión Económica de la ONU para África (UNECA) hasta antes de la pandemia, el acuerdo podría incrementar el comercio intraafricano en más de un 50 % para 2022, lo que a su vez se traduciría en un mayor crecimiento económico, más inversiones extrajeras y una necesaria industrialización.
DESAFÍOS AfCFTA
Según explicó la economista política sudafricana Nomahlubi Jakuja a la agencia de noticias Efe, las Comunidades Económicas Regionales (CER) en las que se encuentra dividida África «han competido entre sí en lugar de fomentar la cooperación, por lo que su convergencia y compatibilidad con el AfCFTA constituirá un gran desafío«.
A eso se suma la fuerte prevalencia de barreras no arancelarias -como leyes, cuotas o estándares- que pueden acarrear costos comerciales significativamente más altos que los propios aranceles, los que serán eliminados (bajo un principio de reciprocidad) en un 90 % de los productos.
Otro problema es el transporte, las carreteras en malas condiciones y muy congestionadas que suponen la vía movilización del 80 % de bienes y del 90 % de personas en el continente.
De no resolver estos puntos, un mercado libre africano podría agravar la desigualdad ya existente entre países con una infraestructura portuaria y terrestre desarrollada, como Sudáfrica, y aquellos cuyas pymes ni siquiera consiguen expandir sus productos en el mercado interno, como ocurre en Malawi o Madagascar.
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