Analizamos cómo la situación política de este país dificultará el comercio internacional y las relaciones entre Europa y el resto de Asia con Oriente Medio.
Afganistán ha copado las portadas de los principales diarios de todo el mundo por la llegada al poder de los extremistas talibanes y sus políticas represivas contra las mujeres.
Sin embargo, la importancia de este país va mucho más allá ya que Afganistán se encuentra en una posición estratégica para las principales potencias occidentales.
Afganistán está ubicado en el centro de Asia, compartiendo fronteras con países tan importantes como China a Irán, además de estar próximo a otros tan relevantes como Rusia o India.
A esto se suma que este territorio cuenta con importantes reservas de minerales, como cobalto, oro, hierro y, sobre todo, litio. De hecho, se calcula que Afganistán puede tener reservas de litio equivalentes a las de Bolivia.
También existe una realidad y es que el país es uno de los mayores productores de opio y heroína en el mercado mundial del narcotráfico, hecho que podría crecer con la inestabilidad y pobreza actuales.
De hecho, según el último estudio de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, en el año 2020 se produjo un aumento del 37 % en la cantidad de tierra destinada al cultivo de adormidera.
Aunque el principal problema de la situación actual es que el triunfo de los talibanes, aumenta el peligro del resurgimiento de grupos islámicos radicales que busquen aumentar su influencia o reactivar los ataques terroristas en Occidente.
Esto dificultará las relaciones y el comercio internacional entre Europa y el resto de Asia con Oriente Medio, además de que posiblemente se vuelvan a producir oleadas de refugiados por todo el continente.
Fuente:
Mala Espina: https://bit.ly/3k8HOn1
Radio Duna: https://bit.ly/3xYowWr
The Conversation: https://bit.ly/3ssx5r7
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